La Caldera de Bandama y el campo de golf que la acompaña son para mí mucho más que un lugar bonito o un espacio natural de postal.
Son mi “LUGAR VITAMINA.”
Es ese sitio donde mi cabeza se apaga, el móvil desaparece y lo único que importa es RECARGAR ENERGÍAS antes de que empiece el circo diario.
Este rincón de Gran Canaria, entre el verde brillante del césped, el negro ceniza de los volcanes y el sonido de tu propia respiración, se ha vuelto esencial en mi vida.
Es LA PAZ que le debo a mi cabeza y a mis ideas para arrancar el día como un toro.
Claro que no todo es perfecto. Hace unos meses, en uno de esos arranques de confianza mientras corría por la Caldera, mi rodilla me dijo «hasta aquí.»
Un despiste y… LESIONADA.
Así llevo cuatro meses, deseando regresar y saborear otra vez ese aire, ese césped y el paisaje volcánico que, honestamente, no tienen competencia.
Es MI SITIO y punto.
Y, esta vez, cuando vuelva, dejaré de ser la eterna estudiante de golf para disfrutar al fin de un deporte que es todo un reto, sobre todo cuando toda tu familia juega. Ya sabes el dicho: “Si no puedes con ellos, únete a ellos”… pero ya no de caddie. Jajaja.
Por ahora, mientras la rodilla se toma su tiempo para volver a la normalidad, me dedico a tener alguna reunión de trabajo o leer un buen libro en el rincón de siempre y buscando esa calma que te da el saber que PRONTO ESTARÁS DE VUELTA en tu lugar vitamina.
Como dijo el Dalai Lama (un señor sabio, aunque nunca haya pisado la Caldera de Bandama): “El propósito de nuestras vidas es SER FELICES.” Pues en este lugar, la felicidad parece estar en cada piedra, cada paseo y cada instante de silencio.
¿Y tú, tienes tu propio SITIO VITANIMA?
Cuéntamelo. Te leo en comentarios.
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