Caso real: cómo evitar perder 50.000 € con una simple llamada a tiempo.
Antonio es uno de esos inversores que se mueven con cabeza:
Compra, reforma, alquila. Y repite.
Suele financiarse con hipoteca, no por necesidad, sino porque le conviene fiscalmente.
Y le funciona.
Eso sí, también tiene algo muy común entre compradores:
Un cuñado que opina de todo sin saber de nada.
“Eso se firma sin problema, si lo importante es cogerlo antes de que se lo lleven”, le dijo.
Y Antonio, por un momento, estuvo a punto de hacerle caso.
Pero por suerte, esta vez me llamó antes.
—“Mañana firmo. Voy a entregar 50.000 € de arras.”
—“Antonio, mañana no firmas nada.” —le respondí.
¿Qué hicimos?
✅ Verificamos que el vendedor era efectivamente el propietario
✅ Comprobamos la situación registral y todas esas «cositas» que el cuñado nunca menciona: cargas, servidumbres, notas pendientes…
✅ Revisamos el contrato de arras, línea por línea
✅ Confirmamos que la financiación estaba realmente aprobada
Y gracias a eso, la operación salió bien.
Sin sustos. Sin líos. Sin llamadas desesperadas después de firmar.
📌 Reflexión final:
Una consulta jurídica cuesta poco.
Pero puede evitarte errores que te salen diez veces más caros.
No se trata de desconfiar.
Se trata de hacer las cosas bien.
Soy abogada especializada en operaciones inmobiliarias.
Y sí, estoy acostumbrada a resolver los líos que el cuñado no vio venir.
🔗 ¿Vas a firmar una compraventa? ¿Tienes dudas sobre el contrato?
Hablemos.

