Esta semana me he vuelto a encontrar con un viejo amigo: un DRAGO de 175 años.
Impresiona pensar en todo lo que ha visto… cómo sigue ahí, firme, elegante, lleno de vida.
Nos recuerda que las raíces importan. Que el tiempo con la naturaleza no es tiempo perdido, sino tiempo bien invertido.
Cada vez que lo miro, me inspira a respirar más lento, valorar lo verde y entender que la verdadera energía no está en los enchufes, sino en lo que fluye sin esfuerzo…
Lo natural.
Lo sostenible.
Lo que permanece.
Como dijo Wangari Maathai:
“Cuando plantamos árboles, plantamos las semillas de la paz y de la esperanza.”
Cuidar del planeta no es un gesto bonito para redes, es una responsabilidad diaria.
Apostar por energía verde, por respeto y sostenibilidad es el legado más sensato que podemos dejar.
Porque volver a CONECTAR CON LA NATURALEZA es, en realidad, volver a CONECTAR CON NOSOTROS MISMOS.
Y justo cuando estaba en este momento casi místico con el drago… aparece un cuñado que se alojaba en la propiedad y suelta:
—“¿Y esto qué es, un bonsái con esteroides?”
No falla.
Coming soon…
Un lugar donde vive este drago y donde, si te animas, también podrías echar raíces.
#Drago #SantaBrígida #TeAsesoroMejorQueTuCuñado

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