¿Sabes qué tienen en común un mal café y una mala venta?
Que se hacen deprisa…
y se sufren despacio.
Que dejan mal sabor de boca…
y luego no hay azúcar que lo arregle.
Porque el buen café, como las buenas ventas…
no se improvisa.
Se prepara con mimo.
Con calma.
Y con gente que sabe lo que hace.
¿Tomamos un café y te cuento cómo preparo yo las ventas que se saborean despacio?
Aviso importante:
Aquí no se venden casas con prisas.
Aquí se venden casas que dejan buen sabor de boca…
y un recuerdo de esos que dan ganas de brindar.
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