Te cuento una HISTORIA que va al grano y a la yugular, como me gusta a mí. Mira, tengo un cliente en el sur de Gran Canaria que lleva años ALQUILANDO SU BUNGALOW.
Ya sabes, un sitio de esos en los que EL SOL BRILLA tanto que hasta te cambia el humor solo con mirarlo.
Todo iba bien hasta que empezaron a salir NUEVAS NORMATIVAS que parecen un manual de «CÓMO TOCARLE LAS NARICES AL PROPIETARIO», y ahora, con esto de las regulaciones que se vienen a partir de enero de 2024, la cosa ha dado un giro.
Este hombre, que es más listo que un profesor de ajedrez, ha estado alquilando su bungalow por temporadas.
Lo típico: gente que viene por trabajo, unos meses al sol, y se van con la piel tostada y el estrés rebajado.
Sin embargo, ahora LAS REGLAS CAMBIAN Y NECESITA JUSTIFICAR por qué esos ALQUILERES SON TEMPORALES.
Nada de alquilar y ya está, no señor.
Ahora toca demostrar que el inquilino tiene un contrato de trabajo temporal, que está en Gran Canaria para una investigación que cambiará el mundo o que va a entrenar para las próximas olimpiadas.
Vamos, que el tipo se ha puesto las pilas y ya está recopilando más papeles que un contable en plena declaración de la renta.
La movida es que muchos dueños están pensando: «¿Me merece la pena todo este rollo o vendo y me quito el marrón?».
Y es que, si no cumples con las nuevas normas, TU CONTRATO DE ALQUILER PUEDE SER DECLARADO ILEGAL .
¿Te imaginas?
No podrías ni siquiera anunciar el bungalow en esas webs llenas de fotos bonitas y promesas de buen rollo.
¿Qué pienso yo de esto?
Pues mira, todo tiene su cara y su cruz.
Por un lado, ayuda a evitar que cuatro listillos se salten las reglas, pero por otro, los propietarios como mi cliente podrían decidir que alquilar ya no es tan rentable.
Y ahí es cuando la oferta de viviendas de alquiler se va a reducir.
Menos oferta, más demanda, y ya sabes lo que pasa: los precios suben como la espuma en un día de olas grandes.
La historia de mi cliente en Gran Canaria es solo una de las muchas que están por venir.
La cuestión es si estas nuevas normativas de verdad van a ayudar a que el mercado sea más accesible o solo van a provocar que muchos tiren la toalla y cambien el juego.
¿Qué si esto va a mejorar la oferta de viviendas?
Yo creo que más bien va a dar para muchos titulares, pero a largo plazo… los que saben jugar sus cartas, como mi cliente, seguirán encontrando la manera de salir ganando.
Al final, el que SE ADAPTA es el que sobrevive, ¿no?
Ah, y si te preguntas qué pasará con los que no se adapten… Bueno, siempre queda la opción de venderlo todo y mandarse a mudar. Pero ese es OTRO CUENTO.
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