🔎 CASO REAL (versión: “la vendo, punto”):
Tienes alquilado tu piso.
Todo correcto, contrato firmado, pagos al día.
Pero un día te levantas y piensas:
“Quiero vender el piso.”
Te hacen una buena oferta.
Te ves contando billetes o invirtiendo en otra cosa.
Y entonces la gran duda:
¿Puedo vender el piso y decirle al inquilino que se largue?
📢 NO.
El contrato de alquiler no se esfuma porque tú decidas vender.
La Ley de Arrendamientos Urbanos dice que:
✅ Puedes vender el piso cuando quieras.
❌ Pero el contrato de alquiler sigue vigente.
❌ Y el nuevo comprador se lo come con patatas… con inquilino incluido.
💡 Eso sí, puedes ofrecerle al inquilino que compre el piso él.
Tiene derecho de adquisición preferente (a no ser que en el contrato se haya renunciado a ello de forma expresa).
👉 Y si no lo quiere, puedes vender.
Pero NO puedes echarlo por eso.
Ni aunque el nuevo dueño diga: “yo lo quiero vacío”. Pues ajo y agua.
¿Qué pasa si intentas hacerle la jugada sucia?
Indemnizaciones, demandas, disgustos y abogados (de los que no escribimos tan simpático como yo por aquí).
💼 Consejo de abogada:
Vende, sí. Pero con cabeza.
Y sin romper la ley. Que no por tener el piso a tu nombre puedes hacer lo que te dé la gana.
📩 ¿Estás pensando en vender y tienes un contrato de alquiler en medio?
Pregúntame antes.
Te ahorro sustos… y demandas.
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